Naamán Sanado de Lepra

Ahora Naamán era el comandante del ejército del rey de Aram. Él era a gran hombre en la vista de su maestro y muy considerado, porque por él el SEÑOR había dado la victoria a Aram. Él era un valiente soldado, pero él tenía la lepra.

Lectura de la Biblia:

Naamán Sanado de Lepra

5:1
Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un hombre muy importante delante de su señor y tenido en gran estima, porque por medio de él Jehovah Había librado a Siria. El hombre era un guerrero valiente, pero leproso.
2
Los sirios Habían salido en incursiones y Habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual Servía a la esposa de Naamán.
3
Ella dijo a su señora: –¡Ojalá mi señor se presentase al profeta que Está en Samaria! Pues él lo Sanaría de su lepra.
4
Naamán Entró y Habló a su señor, diciendo: –Así y Así ha dicho la muchacha que es de la tierra de Israel.
5
El rey de Siria le dijo: –Anda, vé, y yo enviaré una carta al rey de Israel. Partió, pues, llevando consigo 10 talentos de plata, 6.000 siclos de oro y 10 vestidos nuevos.
6
También Llevó la carta para el rey de Israel, la cual Decía Así: Ahora, cuando esta carta llegue a ti, Sabrás que yo te he enviado a mi servidor Naamán, para que lo sanes de su lepra.
7
Y Sucedió que cuando el rey de Israel Leyó la carta, Rasgó sus vestiduras y dijo: –¿Acaso soy yo Dios, para dar la muerte o dar la vida, y para que éste me Envíe un hombre, a fin de que yo lo sane de su lepra? ¡Considerad, pues, y ved Cómo él busca Ocasión contra Mí!
8
Pero Sucedió que cuando Eliseo, el hombre de Dios, Oyó que el rey de Israel Había rasgado sus vestiduras, Envió a decir al rey: “¿Por qué has rasgado tus vestiduras? ¡Que venga a Mí, y Sabrá que hay profeta en Israel!”
9
Entonces Naamán Llegó con sus caballos y su carro, y se detuvo ante la puerta de la casa de Eliseo.
10
Y Eliseo le Envió un mensajero que le dijo: –Vé, Lávate siete veces en el Jordán, y tu carne te Será restaurada, y Serás limpio.
11
Naamán se Enfureció y se fue diciendo: –He Aquí, yo pensaba que seguramente él Saldría, que puesto de pie Invocaría el nombre de Jehovah su Dios, y que moviendo su mano sobre el lugar, Sanaría la parte leprosa.
12
¿No son los Ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No Podría yo lavarme en ellos y ser limpio? Y dando la vuelta, se iba enojado.
13
Pero sus siervos se acercaron a él y le hablaron diciendo: –Padre Mío, si el profeta te hubiera mandado alguna cosa grande, ¿no la Habrías hecho? Con mayor Razón si él te dice: “Lávate y Serás limpio.”
14
Entonces él Descendió y se Sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne se Volvió como la carne de un niño pequeño, y Quedó limpio.
15
Luego Naamán Volvió al hombre de Dios, él con toda su comitiva. Llegó y se detuvo delante de él, y dijo: –¡He Aquí, yo reconozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel! Ahora pues, acepta, por favor, un presente de parte de tu siervo.
16
Pero Eliseo dijo: –¡Vive Jehovah, a quien sirvo, que no aceptaré nada! Naamán le Insistió para que lo aceptase, pero él Rehusó.
17
Entonces Naamán dijo: –Si no, por favor, sea dada a tu siervo una carga de esta tierra, que pueda ser llevada por un par de mulas; porque de Aquí en adelante tu siervo no Ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses, sino Sólo a Jehovah.
18
Pero Jehovah perdone esto a tu siervo: Cuando mi señor entre en el templo de Rimón para adorar Allí, y él se apoye en mi brazo y yo me incline en el templo de Rimón (cuando yo tenga que inclinarme en el templo de Rimón), que Jehovah perdone esto a tu siervo.
19
Y le dijo: –Vé en paz. Cuando Naamán se Alejó de él y Había recorrido cierta distancia,
20
Guejazi, criado de Eliseo, el hombre de Dios, Pensó: “He Aquí que mi señor ha eximido a este sirio Naamán y no ha tomado de su mano las cosas que él trajo. ¡Vive Jehovah, que ciertamente correré tras él y conseguiré de él alguna cosa!”
21
Guejazi Siguió a Naamán; y cuando Naamán vio que Venía corriendo tras él, se Bajó del carro para recibirle y le Preguntó: –¿Está todo bien?
22
Y él Respondió: –Sí, pero mi señor me Envía a decir: “He Aquí, en este momento han llegado a Mí dos Jóvenes de los hijos de los profetas, de la Región montañosa de Efraín. Te ruego que des para ellos un talento de plata y dos vestidos nuevos.”
23
Entonces Naamán dijo: –Dígnate aceptar dos talentos. El le Insistió y Ató en dos bolsas dos talentos y dos vestidos nuevos. Y los Entregó a dos de sus criados para que los llevasen delante de él.
24
Cuando llegaron a la colina, él los Tomó de sus manos y los Guardó en casa. Luego Despidió a los hombres, y se fueron.
25
Entonces él Entró y se puso de pie delante de su señor. Y Eliseo le Preguntó: –¿De Dónde vienes, Guejazi? Y él Respondió: –Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
26
Entonces Eliseo le dijo: –¿No estuvo Allí mi Corazón cuando el hombre Volvió de su carro a tu encuentro? ¿Es ésta la Ocasión de aceptar dinero o de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, vacas, siervos y siervas?
27
Por tanto, la lepra de Naamán se te Pegará a ti y a tus descendientes, para siempre. Entonces Salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.
2 Reyes 5:1-27


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