La Sunamita y su hijo

En los días de Eliseo, el fue a Sunén, una ciudad de Isacar y conoció a un mujer muy rica y el resto de la historia se puede leer en 2 Reyes 4:8-37.

Lectura de la Biblia:

La Sunamita fue restaurada cuando su hijo es resucitado

4:8
Aconteció que cierto Día pasaba Eliseo por Sunem. Y Había Allí una mujer importante, quien le Invitó insistentemente a comer. Y Sucedía que cada vez que él pasaba, entraba Allí a comer.
9
Entonces ella dijo a su marido: –He Aquí, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.
10
Hagamos un pequeño cuarto en la azotea, y pongamos Allí una cama, una mesa, una silla y una Lámpara para él, a fin de que cuando venga a nosotros, pueda quedarse Allí.
11
Aconteció que cierto Día él Llegó por Allí, Subió al cuarto y se Acostó Allí.
12
Entonces dijo a Guejazi, su criado: –Llama a esta sunamita. Cuando la Llamó, ella se Presentó delante de él;
13
y Eliseo dijo a Guejazi: –Dile: “He Aquí, Tú te has preocupado de nosotros con todo este cuidado. ¿Qué se puede hacer por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al jefe del ejército?” Pero ella Respondió: –Yo habito en medio de mi pueblo.
14
Eliseo Preguntó: –¿Qué, pues, haremos por ella? Y Guejazi Respondió: –A la verdad, ella no tiene hijos, y su marido es viejo.
15
Entonces Eliseo dijo: –Llámala. El la Llamó, y ella se detuvo a la puerta.
16
Entonces él dijo: –El año que viene, por este tiempo, Tú Abrazarás un hijo. Ella dijo: –¡No, señor Mío, hombre de Dios! ¡No engañes a tu sierva!
17
Pero la mujer Concibió y dio a luz un hijo al año siguiente, por el tiempo que Eliseo le Había dicho.
18
Cuando el niño Creció, Sucedió cierto Día que fue a donde estaban su padre y los segadores.
19
Y dijo a su padre: –¡Mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a su criado: –Llévalo a su madre.
20
Lo Tomó y lo Llevó a su madre. El niño estuvo recostado sobre las rodillas de ella hasta el Mediodía; luego Murió.
21
Entonces ella Subió, lo Acostó sobre la cama del hombre de Dios, Cerró la puerta y Salió.
22
Después Llamó a su marido y le dijo: –Te ruego que me mandes uno de los criados y una de las asnas, para que yo corra hacia el hombre de Dios y regrese.
23
El Preguntó: –¿Para qué vas a verle hoy? No es luna nueva ni Sábado. Y ella Respondió: –Paz.
24
Después hizo aparejar el asna y dijo a su criado: –Toma la rienda y anda. No te detengas por Mí en el viaje, a menos que yo te lo diga.
25
Ella se Marchó y Llegó a donde estaba el hombre de Dios, en el monte Carmelo. Y Sucedió que cuando el hombre de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Guejazi: –He Allí la sunamita.
26
Ahora, por favor, corre a su encuentro y Pregúntale: “¿Te va bien? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien a tu hijo?” Y ella Respondió: –Bien.
27
Cuando ella Llegó al monte, al hombre de Dios, se Asió de sus pies. Guejazi se Acercó para apartarla, pero el hombre de Dios le dijo: –Déjala, porque su alma Está en amargura. Jehovah me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.
28
Ella dijo: –¿Acaso Pedí yo un hijo a mi señor? ¿No te dije que no me llenaras de falsas esperanzas?
29
Entonces él dijo a Guejazi: –Ciñe tus lomos, toma mi Bastón en tu mano y anda. Si encuentras a alguien, no le saludes. Si alguien te saluda, no le respondas. Y pon mi Bastón sobre la cara del niño.
30
La madre del niño dijo: –¡Vive Jehovah, y vive tu alma, que no me apartaré de ti!
31
Entonces él se Levantó y la Siguió. Guejazi se Adelantó a ellos y puso el Bastón sobre la cara del niño. Pero éste no Habló ni Reaccionó, de modo que Guejazi Volvió al encuentro de Eliseo y le dijo: –El niño no se ha despertado.
32
Cuando Eliseo Llegó a la casa, he Aquí que el niño estaba muerto, tendido sobre su cama.
33
Entonces Entró, Cerró la puerta Detrás de ellos dos, y Oró a Jehovah.
34
Después Subió y se Echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre sus manos. Así se Tendió sobre él, y el cuerpo del niño Entró en calor.
35
Luego se Volvió y se paseaba por la casa de un lado a otro. Después Subió y se Tendió sobre el niño, y el niño Estornudó siete veces. Luego el niño Abrió sus ojos.
36
Entonces Eliseo Llamó a Guejazi y le dijo: –Llama a esta sunamita. El la Llamó, y cuando ella Entró, Eliseo le dijo: –Toma a tu hijo.
37
Cuando ella Entró, se Echó a los pies de él, y se Postró en tierra. Después Tomó a su hijo y Salió.
2 Reyes 4:8-37


Otros módulos en esta unidad: - Other modules in this unit: