Débora envía para Barac, Jueces 4-5


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Jueces 4-5

Débora envía para Barac

9
Ella le dijo: –¡Ciertamente iré contigo! Sólo que no Será tuya la gloria, por la manera en que te comportas; porque en manos de una mujer Entregará Jehovah a Sísara. Débora se Levantó y fue con Barac a Quedes.
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Entonces Barac Convocó a Zabulón y a Neftalí en Quedes, y le siguieron 10.000 hombres. Y Débora fue con él.
11
Heber el queneo se Había apartado de los queneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y Había ido instalando sus tiendas hasta la encina de Zaananim, que Está junto a Quedes.
12
Cuando comunicaron a Sísara que Barac hijo de Abinoam Había subido al monte Tabor,
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Sísara Reunió todos sus carros, 900 carros de hierro, con todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-Goím hasta el arroyo de Quisón.
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Entonces Débora dijo a Barac: –¡Levántate, porque éste es el Día en que Jehovah ha entregado a Sísara en tu mano! ¿No ha salido Jehovah delante de ti? Barac Descendió del monte Tabor con los 10.000 hombres Detrás de él.
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Y Jehovah Desbarató a filo de espada a Sísara con todos sus carros y todo su ejército, delante de Barac. Sísara mismo se Bajó del carro y Huyó a pie.
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Entonces Barac Persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-Goím. Todo el ejército de Sísara Cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.
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Sísara Huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque Había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo.
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Jael Salió para recibir a Sísara y le dijo: –¡Ven, señor Mío! Ven a Mí; no tengas temor. El Entró en la tienda con ella, y ella le Cubrió con una manta.
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Y él le dijo: –Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed. Ella Abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo Volvió a cubrir.
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Entonces él le dijo: –Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta diciendo: “¿Hay alguno Aquí?”, Responderás que no.
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Pero Jael, mujer de Heber, Tomó una estaca de la tienda, y tomando un mazo en su mano fue a él silenciosamente y le Metió la estaca por las sienes, Clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado. Así Murió.
22
Y he Aquí que cuando Barac Venía persiguiendo a Sísara, Jael Salió a su encuentro y le dijo: –Ven, y te mostraré al hombre que buscas. El Entró con ella, y he Aquí que Sísara Yacía muerto con la estaca clavada en su sien.
23
Así Sometió Dios aquel Día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel.
24
Y la mano de los hijos de Israel Comenzó a endurecerse Más y Más contra Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.
Jueces 5
La Canción de Debora

1
Aquel Día Cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:
2
“Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente, ¡bendecid a Jehovah!
3
“Oíd, oh reyes; escuchad, oh gobernantes: Yo cantaré a Jehovah; cantaré salmos a Jehovah Dios de Israel.
4
“Oh Jehovah, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo de Edom, la tierra Tembló; también los cielos gotearon, y las nubes gotearon agua.
5
Los montes temblaron delante de Jehovah; aquel Sinaí, delante de Jehovah Dios de Israel.
6
“En los Días de Samgar hijo de Anat, en los Días de Jael, los caminos quedaron abandonados, y los caminantes se apartaban por sendas retorcidas.
7
Quedaron abandonadas las aldeas en Israel; quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me levanté. ¡Me levanté como madre en Israel!
8
“Cuando Escogían dioses nuevos, la guerra estaba a las puertas; y no se Veía ni lanza ni escudo entre cuarenta mil en Israel.
9
¡Mi Corazón Está con los jefes de Israel! Los que voluntariamente se ofrecieron entre el pueblo: ¡Bendecid a Jehovah!
10
“Los que Cabalgáis sobre asnas blancas, los que os Sentáis sobre tapices, y los que vais por el camino, considerad
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la voz de los que cantan junto a los abrevaderos, donde recitan los justos hechos de Jehovah, los justos hechos de sus aldeanos que moran a campo abierto en Israel. Entonces Descendió a las puertas el pueblo de Jehovah.
12
“¡Despierta, despierta, oh Débora! ¡Despierta, despierta! ¡Entona un Cántico! ¡Levántate, oh Barac! ¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam!
13
Entonces Descendió el remanente de los poderosos, y el pueblo de Jehovah vino a Mí con los valientes.
14
“De Efraín vinieron algunos cuyas Raíces estaban en Amalec; Detrás viniste Tú, oh Benjamín, con tu pueblo; de Maquir descendieron los jefes; de Zabulón vinieron los que llevan la vara de mando.
15
Los jefes de Isacar fueron con Débora. Así como Barac, también fue Isacar. Fue Traído tras él en el valle. “En las divisiones de Rubén hubo grandes deliberaciones del Corazón.
16
¿Por qué te quedaste entre los rediles para escuchar los balidos de los rebaños? ¡En las divisiones de Rubén hubo grandes deliberaciones del Corazón!
17
“Galaad se Quedó al otro lado del Jordán. Y Dan, ¿por qué se Quedó junto a los Navíos? También Aser se mantuvo en la costa del mar, y se Quedó habitando en sus Bahías.
18
“Zabulón es el pueblo que expuso su vida hasta la muerte; Neftalí también, en las alturas del campo.
19
“Vinieron los reyes y combatieron; entonces combatieron los reyes de Canaán en Taanac, junto a las aguas de Meguido, ¡pero no se llevaron Botín de plata!
20
“Desde los cielos combatieron las estrellas; desde sus órbitas combatieron contra Sísara.
21
El torrente de Quisón los Arrastró, el antiguo torrente, el torrente de Quisón. ¡Marcha, oh alma Mía, con poder!
22
Entonces resonaron los cascos de los caballos, por el continuo galope de sus corceles.
23
“‘¡Maldecid a Meroz!’, dijo el ángel de Jehovah. ‘Maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en ayuda de Jehovah, en ayuda de Jehovah con los valientes.’
24
“¡Bendita entre las mujeres sea Jael, mujer de Heber el queneo. Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas.
25
El Pidió agua, y ella le dio leche; en taza de nobles le Sirvió nata.
26
Con su mano Tomó la estaca, y con su derecha el mazo de obrero. Golpeó a Sísara, Machacó su cabeza, Perforó y Atravesó su sien.
27
A los pies de ella se Encorvó y Cayó; Quedó tendido. A los pies de ella se Encorvó y Cayó. Donde se Encorvó, Allí Cayó extenuado.
28
“La madre de Sísara se asoma a la ventana, y mirando por la Celosía, dice a gritos: ‘¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué se detienen las ruedas de sus carros?’
29
Las Más sabias de sus damas le responden, y ella se repite a Sí misma las palabras:
30
‘¿No Habrán capturado Botín? ¿No lo Estarán repartiendo? Para cada hombre una joven, o dos; un Botín de ropas de colores para Sísara; un Botín de bordados de colores, bordados por ambos lados, para mi cuello… ¡Qué Botín!’
31
“¡Perezcan Así todos tus enemigos, oh Jehovah! Pero los que te aman sean como el sol cuando se levanta en su Poderío.” Y la tierra Reposó durante cuarenta años.


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